Con el tiempo, los neumáticos se desgastan a medida que se conduce sobre ellos. Los neumáticos desgastados pueden ser muy peligrosos. Cuando su banda de rodadura se desgasta, los neumáticos pierden tracción y son incapaces de agarrarse a la carretera con la misma seguridad, lo que aumenta el riesgo de resbalar y perder el control de su coche mientras conduce. Además, los neumáticos viejos o desgastados tienen un riesgo mucho mayor de pinchar o reventar, lo que puede provocar accidentes de tráfico y colisiones.
Por desgracia, puede ser difícil saber exactamente cuándo hay que cambiar los neumáticos. Muchos conductores alargan demasiado la vida útil de sus neumáticos porque se olvidan de sustituirlos o simplemente no notan ningún problema. El hecho de que no notes ningún cambio en tus neumáticos no significa que todavía estén en buenas condiciones para seguir conduciendo con ellos. Manténgase seguro y consulte esta guía para aprender cinco maneras infalibles de reconocer cuándo es realmente el momento de conseguir neumáticos nuevos.

1. Lleve la cuenta de sus kilómetros

Cuando tengas un nuevo juego de neumáticos, anota la fecha y cuántos kilómetros has recorrido con tu coche. Cada año, vuelva a comprobar el kilometraje y anote cuántos kilómetros más ha recorrido. La mayoría de los conductores recorren una media de 12.000 a 15.000 millas al año. Si esta estadística le suena a usted al llevar la cuenta de su kilometraje anual, vaya a que le revisen los neumáticos profesionalmente cada tres o cuatro años.
El número de millas que conduce no es la única manera de medir cuándo debe hacer revisar los cansancios de su coche. Aunque sólo conduzca unos pocos miles de kilómetros al año, haga revisar sus neumáticos cada cuatro o cinco años. Los neumáticos envejecidos tienen un mayor riesgo de agrietarse o abombarse, incluso si no ha conducido muchos kilómetros con ellos. Una buena regla general es planificar la sustitución de los neumáticos cada tres o cinco años o cada 35.000 a 50.000 millas, lo que ocurra primero.

2. Tenga en cuenta el estado de la carretera

Si conduces en condiciones climáticas adversas o en carreteras llenas de baches, grava suelta y otros obstáculos, es probable que necesites cambiar tus neumáticos con más frecuencia.
Conducir en condiciones difíciles desgasta los neumáticos más rápidamente. También le pone en mayor riesgo de perder el control de su coche una vez que sus neumáticos están ligeramente desgastados. Si vives en una zona en la que llueve o nieva mucho o conduces constantemente por carreteras en mal estado, haz que te revisen los neumáticos cada dos años para estar seguro.

3. Pruebe su banda de rodadura

Puede ser difícil saber si la banda de rodadura de tus neumáticos está desgastada sólo con mirarlos. Afortunadamente, hay una forma fácil de comprobar la profundidad de la banda de rodadura: sólo necesitas un céntimo.
Coloque un centavo estándar con la cabeza de Lincoln en la banda de rodadura de su neumático. Asegúrese de que la cabeza de Lincoln esté orientada hacia abajo. Una vez que hayas introducido el centavo en la banda de rodadura de tu neumático, mira a ver qué parte de la cabeza de Lincoln sigue siendo visible. Si está completamente oculta, tu banda de rodadura es todavía bastante profunda. Sin embargo, si todavía puede ver la mayor parte o la totalidad de la cabeza de Lincoln, su banda de rodadura se ha desgastado mucho y es probable que haya llegado el momento de sustituir los neumáticos.

4. Compruebe si hay grietas y bultos

Aunque el desgaste de la banda de rodadura es uno de los problemas más comunes y más peligrosos de los neumáticos, la banda de rodadura no es la única parte de los neumáticos que puede indicarle si ha llegado el momento de sustituirlos.
A medida que envejecen, los neumáticos son susceptibles de desarrollar grietas y abultamientos. Las grietas aparecen como surcos notables en la pared lateral de los neumáticos. Significan una fuga que puede hacer que su neumático se desinfle o reviente sin previo aviso. Los bultos y las ampollas aparecen cuando la superficie exterior del neumático se debilita. Sobresalen del resto del neumático y hacen que éste corra un gran riesgo de reventar de repente. Si observas grietas, protuberancias o ampollas en la superficie de cualquiera de tus neumáticos, lleva tu coche a un taller de reparación lo antes posible. Un pinchazo repentino o un reventón en la carretera no es algo a lo que quieras arriesgarte.

5. Controla las vibraciones de tu coche

Todos los coches vibran al menos un poco. Sin embargo, una vibración excesiva es una señal de advertencia de problemas en los neumáticos. Si notas que tu coche vibra más de lo normal mientras conduces, esa vibración extra podría apuntar a cualquier número de problemas, incluyendo neumáticos desalineados o desequilibrados, así como problemas internos de los neumáticos.
Algunos coches vibran más que otros. Si has estado conduciendo el mismo coche durante un tiempo, ya deberías tener una idea bastante clara de cuánta vibración es normal para tu coche. Si realmente quieres poner a prueba los niveles de vibración de tu coche, conduce por la carretera más suave y plana que puedas encontrar. A veces, los conductores atribuyen erróneamente los altos niveles de vibración de su coche a carreteras malas y llenas de baches. Si sigues notando que tu coche vibra mucho cuando conduces por una carretera que sabes que está en buenas condiciones, probablemente sea el momento de ir a revisar tus neumáticos o programar una revisión.